o lo que es necesario para vivir, “que hacer” y “cómo ser” lo aprendí en el preescolar. La sabiduría no estaba al final de mi maestra universitaria, sino en el pequeño mundo del jardín de infancia.
Esto es lo que aprendí:
Vive en equilibrio: Aprende, piensa, dibuja, pinta, canta, baila, juega y trabaja cada día un poco y duerme siestas por las tardes.
Cuando salgas al mundo, pon atención al peligro de la calle, toma a alguien de las manos y mantente unido a él.
Fíjate en las cosas pequeñas y maravillosas de la vida: como la semilla del semillero donde las raíces van hacia abajo y la planta siempre hacia arriba. Nadie sabe porqué, pero a todos nos fascina.
Que hermoso sería el mundo si todos – el mundo entero – tomara leche con galletitas a las tres de la tarde e hiciera una siesta. O si la política de las naciones fuese devolver las cosas al lugar de donde tomamos prestadas y limpiar lo que hubiésemos ensuciado. Y que sepamos que no importa la edad que tengamos, cuando vayamos afuera al mundo podemos mantenernos unidos de las manos.
QUE HERMOSO SERIA EL MUNDO, SI TODOS SIGUIERAMOS COMPORTANDONOS COMO EN PREESCOLAR.
Robert Fulghum
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